Robert Jenkins enseña su oreja al Primer Ministro Británico, Robert Walpole, en el Parlamento en 1738. |
En pleno siglo XVIII el poder español en lo que a Europa se refiere llevaba más de medio siglo en clara decadencia. En 1713, España había firmado de manera deshonrosa el Tratado de Utrecht, por el que perdía las posesiones continentales europeas, pero todavía quedaban las americanas y sus ciudades se habían convertido en bastiones críticos para asegurar el comercio con América. Con este panorama Inglaterra no estaba dispuesta a aceptar las condiciones enormemente desventajosas en el comercio americano. El contrabando y piratería inglés fue algo habitual, logrando atacar ciudades o puertos poco protegidos, aunque rápidamente volvían a ser conquistados por lo españoles.
Fue precisamente uno de esos actos de contrabando el que sirvió como excusa a Inglaterra para intentar arrebatar a España sus posesiones americanas. Un guardacostas español, La Isabela, al mando del capitán Julio León Fandiño, apresó a un capitán contrabandista británico, Robert Jenkins, y le cortó una oreja al tiempo que le decía ''Ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve''. Jenkins recogió la oreja, la introdujo en un frasco con alcohol y regresó a Inglaterra.
La frase del capitán Fandiño se consideró como una ofensa hacia el Rey Jorge II, quien proclamó la guerra contra España. Por el incidente anterior la Historia conoce esta guerra en la que Inglaterra pugnó con España por hacerse con el control del área del Caribe con el nombre de la Guerra de la Oreja de Jenkins. Entre todas las acciones de dicha guerra destaca el sitio de Cartagena de Indias en 1741 y la héroica defensa de Blas de Lezo.
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